El estudio Guevara Ottonello recibió el premio Innovative Architecture en la edición de los Iconic Awards 2020, entregados por el German Design Council en Múnich

Lujoso, detallista, innovador. A simple vista, cualquiera de estos tres adjetivos podría definir al edificio diseñado por el estudio Guevara Ottonello Arquitectos que se destaca entre las elegantes torres de Punta del Este y desvía la atención de quien para por allí. La gigante estructura de líneas curvas revestida de vidrio que alberga a Don Majestic Hotel fue diseñada con una mirada futurista, y por ese concepto recibió el premio del jurado del German Design Council en la categoría Innovative Architecture en la edición Iconic Awards 2020. «Es un orgullo enorme haber ganado el premio. La construcción fue un desafío muy grande, y nosotros somos un estudio pequeño. Es un premio único y especial», asegura la arquitecta Natalia Ottonello, responsable del proyecto junto con Ian Guevara. Sin contar la obra de Rafael Viñoly para Novartis Pharmaceuticals en Nueva Jersey, Estados Unidos, es el primer edificio uruguayo en ser honrado con este reconocimiento internacional.

Objetivo: impactar. Cuando el estudio de arquitectos Guevara Ottonello recibió la propuesta de hacer el edificio del hotel Don Majestic tuvo un pedido claro y desafiante: crear una joya. «Quería crear una propuesta única, singular. Pudimos ser creativos y fue doblemente desafiante», aseguran desde el estudio. Aunque la libertad era enorme y la propuesta muy alentadora, no era fácil proyectar un edificio que se destacara en la fisonomía de Punta del Este. Con ese objetivo en mente, el equipo se reunió, hizo un brainstorming, encontró un concepto y construyó un hotel con una arquitectura única. En la búsqueda de un estilo, se inspiró en las formas y las líneas de la naturaleza que, como dice el influyente arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, «está hecha de curvas».

En efecto, proyectaron un diseño hecho de curvas. Esa idea se trasladó desde la forma de las plantas a los cortes y la fachada, y no hay una parte del plan que no tenga movimiento. «El edificio fue diseñado con los mismos conceptos y el mismo espíritu en todas las escalas, desde las primeras líneas hasta el último detalle. Seguimos una línea y la respetamos, por más desafiante que fuera el criterio», aclara Ottonello. Como resultado, el equipo diseñó una estructura innovadora, casi escultórica, con líneas simples pero singulares.

Forma: singular. El edificio está ubicado en una superficie de casi 6.000 metros cuadrados y la obra requirió de materiales locales y extranjeros. La estructura está sostenida por un único pilar central y revestida por una capa de vidrios curvos que fue traída especialmente de España. «Fue un desafío hacer la estructura. La piel la hicimos con vidrios curvos que envuelven el edificio. Trajimos los vidrios de España, pero fue un proceso largo porque ellos no permiten llevar su marca a cualquier lugar; tenían que estar de acuerdo con el proyecto. Es la primera vez que se hace un edificio así en Uruguay y, creo, en América Latina», asegura Ottonello. Formado por dos volúmenes que fueron diseñados para transmitir la sensación de ligereza y liviandad, el edificio logró encontrar un fuerte criterio estético.

En el interior, el hotel de 52 habitaciones (48 standard y 4 suites) cuenta además con una piscina interior, salas de conferencias, un gimnasio con spa y una cafetería. El vidrio permite que las habitaciones sean luminosas y se integren en armonía con el entorno. Sin importar la temporada, sus vistas son envidiables. Además de dominar la fachada, el diseño curvo también se trasladó a la forma de la piscina exterior y al jardín que rodea el edificio.

El reconocimiento. Antes de recibir el premio en Alemania, el estudio notó la atención que recibía el hotel en Punta del Este y viajó a Miami para participar en la ceremonia ArchMarathon, donde centran la atención en la arquitectura y el diseño de interiores en América Latina. Del viaje se volvieron con un premio como finalistas y con una red de contactos que les permitió, al poco tiempo, postularse a los prestigiosos Iconic Awards.

«Cuando llegamos estuvimos en contacto con arquitectos y estudios de otras partes del mundo. Había firmas con 400 personas y nosotros somos un equipo chico. Fue un empujón que nos sirvió para animarnos y presentarnos en Alemania», recuerda Ottonello. Estos premios son entregados anualmente por el German Design Council, una organización sin fines de lucro que representa los intereses alemanes en el diseño y reconoce el trabajo de la comunidad internacional.

Según el jurado, los trabajos premiados deben cumplir con altos niveles en la calidad estética, conceptual, compatibilidad social, ergonomía y tecnología de fabricación. También tienen que mostrar eficiencia energética, compatibilidad medioambiental y respetar la armonía entre la acción del hombre y la naturaleza. Es una competencia exigente, sí, pero el jurado decidió que el proyecto uruguayo cumplía con esas características, y el diseño de «la joya» quedó registrado en la historia de la arquitectura uruguaya. La ceremonia de entrega del premio será el lunes 5 de octubre en la Pinakothek der Moderne Art Museum, en Múnich.

Fuente: Revista Galería