Uruguay ingresará en el Consejo en sustitución de Chile el próximo enero, lo que será su segunda presencia en el máximo órgano de decisión de la ONU tras la que tuvo en el bienio 1965-1966.

Quien ocupará como titular la silla de Uruguay en el Consejo de Seguridad será Elbio Rosselli.

Rosselli tiene 69 años, ha desarrollado una larga carrera en la cancillería. Es abogado y doctor en diplomacia. Ya fue embajador ante la ONU y fue el representante uruguayo ante la Organización Mundial de Comercio, la Unión Europea, la Aladi y Bélgica. También fue el primer secretario en la embajada ante Estados Unidos, director de Integración y Mercosur y de Asuntos Políticos en la cancillería.

El representante suplente será Luis Bermúdez, un diplomático de carrera de larga trayectoria que ha sido director de Asuntos Económicos Internacionales y embajador en Sudáfrica.

El canciller Rodolfo Nin Novoa informó que le ofreció a Enrique Iglesias ocupar la silla, pero que el excanciller y expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo no aceptó.

La candidatura uruguaya llegaba a la votación con el aval de los países latinoamericanos, por lo que no competía con ningún Estado por el asiento pero necesitaba el respaldo de al menos dos tercios de los miembros de la ONU, una cifra que superó holgadamente.

El Consejo de Seguridad cuenta con 15 miembros, cinco de ellos permanentes y con derecho a veto (EE.UU., Rusia, China, Francia y el Reino Unido) y diez que están presentes por turnos de dos años.

Además de Uruguay -que sustituirá a Chile- resultaron elegidos Japón, Ucrania, Egipto y Senegal, que reemplazarán a partir de enero a Chad, Jordania, Lituania y Nigeria.

Todos ellos obtuvieron un amplio respaldo de la Asamblea General y su elección fue recibida con una ovación por la Cámara cuando el presidente, del danés Mogens Lykketoft, anunció los resultados.

Los otros cinco miembros no permanentes, que todavía continuarán en el Consejo el próximo año, son Angola, Malasia, Nueva Zelanda, España y Venezuela.

El Consejo de Seguridad se ocupa principalmente de garantizar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y es, por tanto, el principal órgano de la ONU a la hora de abordar guerras y crisis graves o de decidir el despliegue de «cascos azules», su personal militar.

Entre los asuntos más habituales en su agenda actualmente se encuentran la situación en Siria, las guerras en varios países africanos o el conflicto palestino-israelí.

Fuente: El País