La española Natalia Menéndez dirigió la pieza uruguaya en Madrid, brinda un curso en Montevideo y dirigirá a la Comedia Nacional.

Luego de cosechar un gran éxito en España con su versión de la obra uruguaya Tebas Land, la prestigiosa directora, dramaturga, actriz y exdirectora del Festival de Teatro Clásico de Almagro, Natalia Menéndez se dedica a dirigir por el mundo. En su cronograma brilla Montevideo por dos grandes momentos. Por estos días dicta un curso sobre teatro del absurdo en el Instituto Nacional de Artes Escénicas. Y, en setiembre, estrena su versión de Tartufo con la Comedia Nacional en el Teatro Solís.

Menéndez –nacida en Madrid en 1967, de origen franco español– lleva 15 años con Tartufo, el clásico de Moliére, en su cabeza. Está agradecida de tener la oportunidad de estrenarlo en Uruguay.

La directora describe a su Tartufo como «muy peligroso». «Al ser muy libre, va a ser peligroso, un hombre que no tiene miedo a nada», explicó.

A su vez, proyecta tomar elementos de Don Juan –otra de las piezas claves de la dramaturgia del autor–. «Tartufo bebe de Don Juan», dijo la directora. Planea amalgamar a ambos personajes en el vicio de la hipocresía.

En mayo comenzará los ensayos para estrenar el 29 de setiembre en el Teatro Solís. La directora aseguró que será una experiencia que la va a enriquecer. «Para mí es un lujo trabajar con semejantes actores y con creadores dentro de la música, la escenografía, el vestuario. Gente muy potente», afirmó.

Flechazo con la obra uruguaya
Su versión de la pieza Tebas Land tiene seis nominaciones a los Premios Max que reconocen, cada año, lo mejor de las artes escénicas en España.

Menéndez explicó que la obra del dramaturgo Sergio Blanco salió a su encuentro apenas dejó el cargo que le exigía total dedicación en la dirección del Festival de Teatro Clásico de Almagro y significó su regreso a la dirección.

«Fue una reacción física. Cuando un texto me gusta mucho, me pongo a sudar. Es como cuando me enamoro. Es como la misma sensación. Y me pasó lo mismo», dijo Menéndez.

Decidió montarla en el Teatro Kamikaze de Madrid, en una sala rectangular para 400 espectadores. Obtuvo gran éxito de público y múltiples halagos de la crítica. Cuando Blanco lo vio se emocionó mucho y le dijo a Menéndez que su versión le había hecho descubrir más cosas de su obra.

El miércoles 4, Menéndez vio la puesta de Blanco en el Solís. El espectáculo vuelve, por dos únicas funciones, a la sala principal del teatro municipal.

«Creo que en estos momentos en Uruguay hay autores que tienen algo que decir, por suerte, y cada uno de una manera muy personal», dijo Menéndez.

Fuente: El Observador