Hasta el 17 de noviembre se pueden ver, en diferentes salas, películas con accesibilidad para sordos y ciegos. Se trata del tercer Ciclo de Cine Accesible, que cubre esta deuda con una gran parte del público y en el que se van a proyectar las películas TresMartín HUn cuento chinoMi casa en el valle, y el estreno de Carmen Vidal, mujer detective.

Ruben Oroz, de la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU), cuenta que la idea de un ciclo comenzó como una iniciativa del programa de inclusión educativa y cultural Red MATE (Materiales y Apoyos Tiflo Educativos), de la UNCU. “Como muchos comienzos, el del Ciclo de Cine Accesible se inició a una pequeña escala. Tras la demanda de muchas personas con discapacidad visual con el deseo de poder asistir a una película accesible con audiodescripción en formato cine, en 2016 decidimos proyectar una película en la sede social de la UNCU, con una humilde pantalla para proyector. Ese día la UNCU rebosó de espectadores, lo que dejaba en claro que nos encontrábamos ante una real necesidad. Actualmente contamos con varias salas en Montevideo, proyectamos durante más de un mes y somos más de 12 instituciones y organizaciones las que nos encontramos detrás del proyecto. Sin duda el proyecto ha crecido, pero todo comenzó con esa semilla”.

Una de las organizaciones con las que se encontró UNCU fue Okurelo Cine, surgida en 2013. Carolina Sosa, su directora, cuenta: “En un principio, consistió en la consolidación de la primera muestra de cine para personas con deficiencias visuales y auditivas en Uruguay. Se proyectaron películas uruguayas adaptadas mediante audiodescripción, subtítulos especiales y lengua de señas, de modo que un ciego y un sordo las pudieran disfrutar”.

“Okurelo Cine siempre fue una organización de gran consciencia social”, dice Oroz. “Muestra de ello es que Carolina Sosa y Germán Barreiro, director de la película uruguaya Colores de pasión, se acercaron a la UNCU porque querían pasar esa película en nuestra sede. Estaban interesados en hacer llegar el largometraje a la comunidad ciega. En esa instancia se los invitó a formar parte del Ciclo de Cine Accesible. Actualmente, Okurelo Cine es uno de nuestros socios fundamentales para llevar esto adelante. Las adaptaciones de muchas de las películas proyectadas fueron hechas por ellos”.

No es sencillo volver accesible una película. “El proceso tiene varias partes”, explica Sosa. “Por un lado, los intérpretes estudian el guion y los diálogos junto a asesores sordos para lograr la mejor manera de que entiendan la película, y en paralelo se hacen los subtítulos especiales. Asimismo, dependiendo de los tiempos de entrega, también se va desarrollando el guion de la audiodescripción. Luego se filma a los intérpretes ‒suelen ser dos días de rodaje trabajando también con personas sordas‒ y se graban las voces de la audiodescripción. Finalmente, se editan ambas cosas dentro del máster de la película, se incorporan los subtítulos y así queda apta para ciegos y sordos. Una vez editada, la ven un sordo y un ciego para corroborar y hacer comentarios finales”.

Para Okurelo sigue siendo prioritario descentralizar la posibilidad de ver cine accesible: “Muchas veces sucede que, como no han experimentado esto antes, creen que probablemente no lo entiendan o no lo disfruten. Pero a medida que más gente lo experimenta, a más personas le empieza a interesar. Para esto ha ayudado bastante Netflix, que permitió democratizar un poco el acceso a películas adaptadas. Como consecuencia, se genera mayor deseo de ver esos contenidos en pantalla grande. Por otro lado, el trabajo que hemos hecho acá en Uruguay nos ha dado la oportunidad de trabajar con otros países en festivales de cine, colaborando en la parte de accesibilidad audiovisual. El público aquí quizás no es tan grande en proporción, pero sólo en Iberoamérica hay millones de personas ciegas y sordas deseando disfrutar de contenidos adaptados. Nuestra misión es siempre expandir la accesibilidad cultural en donde podamos”.

Oroz agrega: “Pienso que nos encontramos en un momento propicio para la realización de este tipo de proyectos. Actualmente la inclusión es un tema que se encuentra sobre la mesa. Te lo dice alguien que hace años que se encuentra trabajando en este rubro: antes las barreras eran muchas más y la disposición era prácticamente nula. El proyecto ha ido creciendo a pasos agigantados. Nos sentimos orgullosos. El año pasado ganamos el primer premio del Concurso sobre Buenas Prácticas de la Sociedad Civil del Mercosur en Accesibilidad Audiovisual que realiza la Recam [Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales del Mercosur], institución de referencia en materia de accesibilidad en la región. Ser considerados la mejor iniciativa a nivel de Mercosur es todo un honor. El Ministerio de Educación y Cultura también nos premió, más de una vez, con menciones por nuestro trabajo. Contamos con el apoyo de muchísimas instituciones y diferentes programas que hacen esto posible, entre ellos: Okurelo Cine, la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República, el Programa Apex-Cerro, Montevideo Audiovisual, de la Intendencia de Montevideo, el Centro Cultural España, la Universidad Católica del Uruguay y su Programa de Accesibilidad Audiovisual, la misma Recam, el Parque Tecnológico Industrial del Cerro, el Instituto del Cine y Audiovisual del Uruguay, y varios más. Nuestro lema es ‘¡Que nadie quede afuera!’”.

 

El programa del ciclo se encuentra en la página: www.ciclocineaccesible.fic.edu.uy.

 

Fuente: La Diaria