Innovó con sus servicios y productos de control microbiológico, y se convirtió en ejemplo del potencial de los emprendimientos científicos en Uruguay.

A la bióloga Laura Macció un hecho fortuito le provocó la idea para crear su emprendimiento: la rotura de un generador eléctrico en una empresa le mostró que en Uruguay no existían insumos que ya estuvieran listos para realizar controles microbiológicos.

Así en 2014, fundó Aravanlabs junto a Oscar Figueira, con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) e introdujo el concepto de mapa microbiológico.

En menos de cinco meses desarrollaron 20 artículos, que permitían identificar los principales patógenos (elementos capaces de producir algún tipo de enfermedad o daño en una persona o animal) e indicadores dentro de las empresas del sector alimenticio.

Se convirtió en ese momento en la única empresa en Uruguay de insumos de control microbiológico, además de colaborar en la interpretación de los resultados. Una mayor presión de un consumidor más exigente, según la emprendedora, ha hecho nacer una conciencia más fuerte sobre la necesidad de controles.

En 2013 Aravanlabs fue finalista del premio EmprendO y obtuvo la mención de jurado a la mejor presentación de emprendimiento.

 

El volantazo del covid-19
Cuando Macció analiza los años que lleva el emprendimiento visualiza la importancia de la planificación, pero también lo fundamental de contar con flexibilidad. Este año de pandemia fue una clara muestra de ello. En la empresa tenían para 2020 un plan de internacionalización meticulosamente armado, pero con la llegada del covid-19 tuvieron que «pegar un volantazo rápido».

Siguieron brindando sus productos (hasta registraron un aumento de demanda en el abastecimiento de insumos para detección en salud humana, como el de las infecciones urinarias, que habían empezado a trabajar en 2018), pero en poco tiempo tuvieron que elevar la producción y crear nuevos productos.

Por ejemplo, en abril desarrollaron un dispositivo que permite tomar la muestra para detectar en el aire covid-19 y otros microorganismos. Ya en julio estaba diseñado, validado y patentado. Ahora ya lo están produciendo y cerrando contratos con distribuidores para que sea vendido no sólo a nivel de la industria alimenticia, sino también en hospitales, hoteles, restaurantes y colegios. Ya estàn negociando también con Argentina y Brasil.

En estos meses pasaron además por la «experiencia sensacional» de que el jugador de la selección Fernando Muslera les donara una impresora 3D para fabricar hisopos. A cambio, la empresa dona determinada cantidad de estos productos a ASSE y Gurises Unidos, además de un porcentaje de las ventas.

Ya habían evaluado la fabricación de hisopos en 3D pero la pandemia fue el disparador.

El contacto con Muslera llegó a través del intendente de Canelones Yamandú Orsi, debido a que la intendencia forma parte de la comisión directiva del Parque Científico y Tecnológico de Pando, donde está instalada Aravanlabs.

En una nota en el portal de Uruguay XXI este año, Macció destacó la versatilidad que le exige su emprendimiento.
“Para mí la formación es fundamental y también un buen equilibrio entre lo racional y lo emocional. Lo emocional siempre es el motor: si nosotros no amamos lo que hacemos, podremos llegar muy lejos, pero vamos a sentir un vacío muy grande. A lo emocional también hay que complementarlo muy bien con lo racional, porque si no nos abastecemos de herramientas que nos den objetividad sobre nosotros mismos, solamente estamos yendo con el corazón en la mano”, reflexionó.

Fuente: El Observador