Entrevista a Nicolás Pérez del Castillo, director de Tops Fray Marcos
La pandemia provocada por el Covid afectó fuertemente a la industria de la lana en Uruguay, un sector que ya venía castigado, pero sin embargo las perspectivas a mediano y largo plazo permiten mantener un optimismo moderado.
Esta es la visión de Nicolás Pérez del Castillo, director de la lanera Tops Fray Marcos, una de las principales exportadoras de tops del país, quien afirmó que el 2020 quedará signado como el año en el que se vivió “una de las más grandes afectaciones de la historia del mundo lanero”.
Pese al “difícil momento y la desafiante coyuntura”, el empresario se muestra optimista respecto al futuro, porque entiende que la pandemia también propició una revisión de la idea del mundo y los negocios tal como los conocíamos.
En el caso de la lana, según Pérez del Castillo, generó un análisis crítico sobre la enorme concentración de capacidad de procesamiento que tiene China, un mercado que durante la década de los ´90 y principios del año 2000, concentró la mayoría de la industria lanera, acercándose al 85% de la producción mundial.
Esta concentración ha generado cierto rechazo a nivel global, y es ahí, en esa puerta que se entreabrió empujada por la revisión, tanto de productores como de consumidores, que surge una posibilidad para un país como Uruguay. “Entendemos que esta situación puede abrir oportunidades para los polos procesadores que han perdurado. Entre ellos, en la industria del peinado Uruguay es uno de los principales polos procesadores fuera de China”, afirmó Pérez del Castillo.
“La pandemia generó una revisión muy importante de la prácticas del ser humano. La sostenibilidad se colocó en los primeros lugares de la agenda. Parece tender a demostrarse que la sostenibilidad no es ya una opción de los mercados de alto poder adquisitivo sino una necesidad para la supervivencia del planeta”, puntualizó.
En lo que hace a las fibras, el director de Top Fray Marcos entiende que el mundo tomó conciencia de que la industria de la moda es uno de los más grandes generadores de contaminación, más que la industria automotriz, y desde esa conciencia surge un gran cuestionamiento general sobre cómo se producen las prendas y el efecto que las diferentes formas de producción tienen sobre el planeta.
Al quedar la sostenibilidad ubicada entre las prioridades de la agenda mundial, la lana se posiciona en un lugar de privilegio, dadas sus características. “Es una fibra con excelentes prestaciones, cuya cadena es en términos generales socialmente justa, y medioambientalmente sostenible”, según la definición de Perez del Castillo, quien también admite que existen algunos desafíos en la orbita del bienestar animal que se están trabajando de manera muy seria en todo el mundo.
Uruguay Wools
En relación a las lanas Uruguayas, el empresario entiende que los productores y la industria local tienen la mayoría de los deberes hechos: “Entendemos que el foco en la sostenibilidad y la búsqueda de opciones de procesamiento fuera de China, la lana uruguaya podrá tener una buena oportunidad cuando los mercados laneros se despierten luego de la pandemia”.
Con respescto a la marca sectorial creada en agosto de este año, considera que el lanzamiento de Uruguay Wools es un hito muy importante. “Uruguay exportó siempre excelentes lanas pero nunca se había puesto el foco en concientizar al consumidor en relación al origen. Uruguay tiene mucho para mostrar en cuanto al funcionamiento del rubro ovino y Uruguay Wools es un buen vehículo. Era algo que estaba en el debe, que varios clientes venían demandando que se haga, y su ejecución demostró qu trabajando todo el sector en conjunto y alineado, se pueden lograr grandes cosas, y podemos dejar de pensar en el gran pasado lanero del Uruguay y comenzar a pensar en el gran futuro que tiene, si el sector sigue haciendo los deberes”, enfatizó Pérez del Castillo.
Fuente: Marca País