Por primera vez se comercializaron en la UAM guayabos del país de un cultivar desarrollado en el Programa Nacional de Investigación de Fruticultura del INIA

Un fruto nativo sobre el que ha trabajado el Programa Nacional de Investigación en Fruticultura del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) se comercializó en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM).

Los guayabos del país del cultivar INIA Las Brujas ILB154, cosechados de 20 plantas en la granja del productor Domingo Luizzi –ubicada en Colonia–, se vendieron en ese mercado con un valor que duplicó el precio al que se suelen vender guayabos “comunes”, contó a El Observador Danilo Cabrera, director del programa.

Se vendieron a un promedio de $ 100 el kilo.

“Antiguamente la fruta común alcanzaba $ 50 y este año ese cultivar logro el doble y la venta fue muy fluida”, comentó Cabrera.

Investigador y agricultor
Hace 13 años que Luizzi se integró al proyecto de investigación a cargo de INIA y la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.

Según recuerda, cuando lo invitaron se había realizado una preselección de plantas de entre más de 250 árboles de guayabo del país de diferentes orígenes, con los que se buscaría “domesticar” la fruta.

Él se había jubilado hace poco, después de años de desarrollarse como profesional en el sector, en la docencia, investigación y producción, y esta iniciativa con el foco en ese fruto nativo le pareció “algo muy novedoso” en lo que empezar a trabajar.

Plantas clonadas
Luizzi decidió trabajar este cultivar como parte de un experimento en el que se buscaban conseguir frutas homogéneas. Para obtener una producción de ese tipo el instituto reprodujo el cultivo mediante estacas.

Este mecanismo se denomina “propagación vegetativa” y es un tipo de clonación o propagación clonal, detalló Cabrera.

Actualmente INIA cuenta con tres variedades de cultivares de guayabo del país repartidos en chacras del sur del país a cargo de 13 viveristas autorizados a multiplicarlos.

Los cultivares más grandes tienen 50 plantas. Hasta el momento INIA ha entregado 4.000 estacadas enraizadas.

El único requisito para que los viveristas propaguen esta planta es estar inscriptos en el Instituto Nacional de Semillas (Inase), organismo que hace el seguimiento de los cultivares, agregó.

La zafra que se vendió
Los guayabos que llegaron a la UAM pertenecen a la segunda zafra de un experimento que comenzó hace cuatro años con las primeras 20 plantas clonadas de una planta madre, indicó Luizzi.

En la producción de la primera zafra se estudió la homogeneidad que alcanzó la fruta y la segunda cosecha fue la que se llevó por primera vez al mercado como fruta fresca.

“Estas son las primeras partidas de fruta homogénea para el consumidor”, precisó Cabrera.

De Colonia a la UAM
Hace tres años que el investigador y el productor se pusieron en contacto con Vicente Guidice, un productor de manzanas que había traído de Europa una máquina para hacer jugos con la fruta de descarte, fruta que era difícil de colocar en el mercado.

El productor, que tiene un emprendimiento de venta de jugos llamado Natural Tree y además tiene un puesto en la UAM, no había trabajado hasta el momento con guayabo del país. Probó hacer jugo de guayabo puro y luego comenzó a mezclarlo con manzana, una fruta que, mencionó, “tiene un gusto que es fácilmente conquistable por otros y al guayabo le suaviza el sabor”.

Después de hacer jugos, la unión del investigador, el productor y el operador de la UAM fue un paso más adelante: se decidió llevar al mercado los guayabos como fruta fresca y no venderlos solo para industria.

Desde que comenzó la venta de la cosecha 2021 se han llevado a la UAM más de 500 kilos de esta fruta, indicó Giudice, quien resaltó que la colocación ha sido muy ágil. “Llegan y se van”, afirmó.

Quiere plantar
“El guayabo es un fruto autóctono que nunca se domesticó, nunca se hizo una mejora de genética o selección de variedades. La homogeneidad en la fruta es, más que necesario, casi imprescindible para la comercialización. El guayabo, por su capacidad de producción y conservación y por la selección de variedades que han hecho, entiendo que se puede trabajar como fruta fresca”, sostuvo Guidice, quien también es productor y tiene la intención de plantar guayabos para llevar la fruta al mercado.

“El guayabo en fresco lo pude cotizar al por mayor a $ 120 el kilo mientras que para industria se paga a $ 10 el kilo”, detalló, aunque indicó que el valor es difícil de marcar cuando aún no hay una oferta clara.

Cabrera agregó que generalmente los guayabos del país que llegan a la UAM son “de poblaciones”, es decir que provienen de plantas que nacen a partir de semilla –a diferencia de la producción homogénea que se logra mediante la técnica de estacas– y por eso son algo diferentes, al igual que lo es el tamaño, el color y la forma.

Cómo es el cultivo
Cabrera mencionó que este cultivo demanda especial atención por parte de los productores, ya que la fruta no cambia de color al madurar y muchas veces pasa que el granjero se da cuenta de la maduración una vez que el guayabo cayó de la planta.

“Lo mejor es cosechar desde la planta. El productor tiene que tener esa experiencia de tocar la fruta grande y ver que se desprende fácil. Esa es la fruta que se manda al mercado. Hay que hacer pasadas diarias. No es una fruta fácil, es bien como para una producción familiar”, comentó.

Luizzi añadió que el objetivo de esta iniciativa de INIA es mostrarle a los productores cómo llegar a obtener fruta premium, que sea uniforme, confiable, de características similares, y que pueda tener un buen sabor, “lo que pide el consumidor”.

“Con la venta en la UAM se completó el ciclo, ya sabemos que hay un precio que podemos lograr y eso nos va a permitir hacer estudios para llegar con más información a los productores”, concluyó el productor.

Usos y precios
Además de comercializarse como fruta fresca, el guayabo del país se vende también con diversos procesamientos, como pueden ser los jugos de Natural Tree que se ofrecen en diferentes cadenas de supermercados a $ 155 en su presentación de 720 ml.

Otra forma de aprovechar esta fruta es en los productos de Autoctonario, una línea de chocolates con frutos nativos del estudio de diseño Cuchara Food Design. La caja de seis bombones, con dos de guayabo, dos de arazá y dos de butiá, cuesta $ 410; y el set de tres tabletas de chocolate con pulpa de fruta $ 520. En estos productos el guayabo marida con un chocolate semiamargo.

En el Mercado Agrícola de Montevideo (MAM) la fruta para consumo fresco puede conseguirse desde $ 99 el kilo.

 

Fuente: El Observador