En 2020 exportó US$ 5,4 millones en vinos premium. Christian Wylie, Managing director de la empresa, destacó las fortalezas del emprendimiento que es orgullo de un país.

Cuando los amigos de la familia de mi esposa, que son uruguayos, llegan a Garzón, se sorprenden y dicen ‘esto no es Uruguay’, les respondo ‘¡sí, es Uruguay!’”, confiesa Christian Wylie, Managing Director de Bodega Garzón, mientras contempla con admiración el paisaje y el emprendimiento que generó una transformación en el departamento de Maldonado, que puso a Uruguay en la elite de los vinos premium a nivel mundial y que lo consolidó en 2020 nuevamente como principal exportador en su rubro en Uruguay.

Bodega Garzón se encuentra a 18 kilómetros de José Ignacio y a cinco kilómetros de Pueblo Garzón, en un edificio de casi 20.000 metros cuadrados, único con certificación LEED, y 250 hectáreas de viñedos.
El camino lo empezó a recorrer hace 13 años el Presidente y CEO de Agroland SA, propietario de Bodega Garzón, Ing. Alejandro Bulgheroni cuando junto a su esposa Bettina descubrieron “el terroir de Garzón” y tuvieron un sueño familiar: crear la bodega más emblemática de la enología moderna en Uruguay y sus vinos premium.
Desde allí, una breve pero vertiginosa historia le permitió consolidarse como referente. En 2006, seducido por los olivares que producían muy buen aceite extra virgen “Colinas de Garzón”, Bulgheroni compró el predio, y a fines de ese año, cuando se comenzaba a preguntar qué hacer con la roca del suelo, le dijeron que podía probar con viñedos.

En 2007 llegó el enólogo Alberto Antonini. El primer viñedo lo plantaron durante el 2008. Luego se sumó el proyecto gastronómico del chef internacional Francis
Mallmann. También experiencias turísticas. En 2016 se incorporó Wylie al staff, y en los últimos cinco años batieron récord de exportaciones. En 2020 lo hicieron
por valor de US$ 5.420.292.
Wylie, Ingeniero Agrónomo y Enólogo chileno, destacó a El Observador el trabajo que permitió a Bodega Garzón ser líder en exportaciones del sector llevando la excelencia de sus vinos a más de 40 países en los 5 continentes.
En 2020, US$ 1 de cada US$ 3 de vino premium en Uruguay que partió al exterior fue de Bodega Garzón.
“Por tercer año consecutivo lideramos las exportaciones de vinos premium de Uruguay. Este es el resultado de una estrategia. Lo que realizó el Ing. Bulgheroni en
Uruguay tiene dimensiones enormes, y en el caso específico del mundo del vino hizo algo espectacular para el país y para el mundo. Los periodistas y los medios especializados más importante del mundo sostienen que no han visto nada igual. Es un proyecto con mucha visión, a largo plazo, ejecutado de manera increíble con los recursos y el know-how de Don Alejandro y la consultoría de Alberto Antonini, uno de los enólogos más famosos del mundo”, resume Wylie, quien se casó con una
uruguaya hace 20 años.

“Es un lugar que todos los uruguayos deberían conocer y sentirse orgullosos de tener algo así”, repite una y otra vez. Bodega Garzón produce lo que equivale a tres veces lo que consume Uruguay en vinos a partir de US$ 10 la botella.

“Nuestra estrategia tiene pilares muy claros de exportar calidad al mundo. Tenemos el récord en la exportación en dólares. Al mismo tiempo vamos desarrollando la industria en Uruguay a través de un restorán liderado por Francis Mallmann, que en 2019 fue premiado como el mejor restorán en una bodega del mundo”.
Además, en 2018, Bodega Garzón recibió un reconocimiento inédito e histórico para Uruguay cuando en los Wine Star Awards, que anualmente entrega la reconocida revista Wine Enthusiast, fue elegida la Bodega del Año del Nuevo Mundo. Bulgheroni recibió este galardón en una ceremonia que se realizó en Miami.

EEUU y Brasil, sumados al mercado doméstico, representan el 80% de la facturación. Producen 23 vinos que en la Guía de Descorchados (la más importante de Latinoamérica), todos están por encima de 90 puntos, y recibieron los más importantes reconocimientos a nivel mundial.

También el éxito de Bodega Garzón se comprueba en los mercados Nórdicos y, pensando en el futuro, la familia Bulgheroni realiza una fuerte apuesta para crecer en los mercados de Japón y China.
Aspiran a duplicar la producción en los próximos cinco años. “Tenemos un tope de producción que podríamos llegar a 3.000.000 de botellas anuales. Actualmente estamos produciendo la mitad”, finalizó Wylie.

 

Fuente: El Observador