Ambos países están expectantes sobre el tratado de libre comercio con el Mercosur y a la espera de poder potenciar un vínculo comercial más fluido

Las relaciones diplomáticas entre Uruguay y Corea del Sur datan de 1964, pero su relación comercial no es tan fluida ni cuantiosa como con otros socios. Para potenciar ese vínculo, ambos países están a la espera de la concreción del tratado de libre comercio entre el Mercosur y el país asiático.

Con más de 51 millones de habitantes, Corea del Sur es la undécima economía del mundo y según la revista estadounidense U.S. News & World Report, el noveno país más poderoso de 2020, lo que lo convierte en un aliado comercial sumamente atractivo para Uruguay.

Si bien en 2005 fue la primera reunión del grupo de estudio para evaluar un posible acercamiento entre el Mercosur y Corea, la primera ronda de negociaciones del acuerdo comercial se materializó recién en setiembre de 2018 en Montevideo. Tras esa primera instancia, se produjeron cuatro encuentros más entre 2018 y febrero de 2020, y según el Sistema de Información sobre Comercio Exterior de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el 3 de marzo de 2020 el Mercosur y Corea se reunieron en Seúl con el objetivo de realizar un repaso sobre el desarrollo de las negociaciones para la firma del acuerdo comercial. Pero el comienzo de la pandemia y la marcha atrás de Argentina dejaron trunca la sexta jornada prevista para mayo de este año en Seúl. “Esperamos que la pandemia pueda controlarse pronto para así reiniciar las negociaciones y sellar el pacto”, expresan desde la embajada coreana en Uruguay.

Corea del Sur ya ha concretado TLC con países como Estados Unidos, Unión Europea, ASEAN, Australia, Canadá, China, Nueva Zelanda, Vietnam, India, Chile, Perú, Colombia y por otra parte, también está negociando activamente con otros países para concretar más TLC, según informan desde su embajada.

El 23 de abril el gobierno argentino decidió no seguir avanzando con las negociaciones para firmar tratados de libre comercio (TLC) entre el Mercosur y terceros países como Corea del Sur, Canadá, Singapur, India y Líbano. La marcha atrás de Argentina fue propiciada por el contexto de pandemia y como medida para proteger los intereses del país vinculados a la industria local. “Creo que hay que avanzar en la búsqueda de soluciones jurídico institucionales que permitan que ustedes, como países mayoritarios, que tienen la intención de avanzar a un ritmo que nosotros no podemos acompañar, puedan hacerlo y la Argentina tenga la oportunidad de evaluar en su momento la forma de sumarse”, expresó Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, en la videoconferencia en la que hacía el anuncio.

Intercambio en cifras

Según datos del Sistema de Estadísticas de Comercio Exterior del Mercosur, las exportaciones de Uruguay hacia Corea del Sur han descendido consecutivamente desde 2016 a la fecha, pasando de US$ 27 millones a US$ 8,4 millones en 2019. En 2020, hasta agosto inclusive, las exportaciones al país asiático alcanzaron los US$ 6,9 millones, y los tres principales rubros dentro de la categoría de bienes fueron carne bovina, madera y lana peinada. Las exportaciones a Corea del Sur son una ínfima parte del total de ventas al mundo que lleva haciendo Uruguay en lo que va del 2020 y corresponden solo al 0,15%. Para Daniel Belerati director ejecutivo de la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF), Corea es una de las grandes puertas de entrada a Asia, además de China y Japón, donde Uruguay ya está operando. Pero por el momento Uruguay tiene una habilitación parcial para la venta de productos cárnicos, debido a que es un país libre de aftosa con vacunación. “Corea nos puso una limitación que implica que vayan solo cortes anatómicos y nosotros tenemos para ofrecerles también mercadería para procesar”, especifica Belerati. Pese a esta dificultad, de los países miembros del Mercosur, Uruguay es el único con las habilitaciones sanitarias para exportar carne a Corea del Sur. Para Belerati, el TLC beneficiaría al sector especialmente en materia arancelaria, ya que actualmente Corea aplica al país el máximo porcentaje de impuestos: 38,5%. “Uruguay es prácticamente el único país que le vende carne a Japón y a Corea pagando el cien por ciento del arancel, eso es lamentable”, expresa y agrega que “la CIF es la que puso en agenda en setiembre de 2013 el tema del costo arancelario que las carnes uruguayas pagan en el mundo —que oscilan en 200 millones de dólares anuales—, además de la necesidad de celebrar TLC con todo el mundo, con el Mercosur o sin el Mercosur”.

Hasta agosto de 2020, las exportaciones de productos cárnicos a Corea del Sur fueron por un valor de US$ 3,19 millones. Según Belerati, la pandemia no dificultó las exportaciones, sino la falta de ganado. “Este año la faena ha caído un 18% y las exportaciones (generales) van a terminar cayendo más de 300 millones de dólares porque no hay ganado suficiente para faenar y exportar. Tenemos los clientes demandando nuestra carne, pero no tenemos carne”, y explica que esto se debe a la cantidad de ganado en pie que se exportó en 2017 y 2018, y que también afectará las exportaciones de 2021.

“Si se llegase a concretar el acuerdo comercial, aumentaría exponencialmente el comercio entre Corea y los países miembros del Mercosur, lo que derivaría en un beneficio mutuo. Por ejemplo, de entrar en vigor, se cancelarían los aranceles a los productos uruguayos, como la carne vacuna y los vinos, por lo que aumentaría la competitividad de estos en el mercado coreano. A su vez, los coreanos se verían beneficiados, ya que podrían adquirir productos uruguayos de calidad a un precio accesible”, señalan desde la embajada coreana.

En cuanto a las importaciones, Uruguay lleva importado este año bienes por concepto de US$ 33,2 millones, y las categorías de productos más comprados fueron partes y accesorios de vehículos automóviles, teléfonos celulares portátiles (excluido telefonía celular por satélite) y productos laminados planos de hierro y acero. “Uruguay mantiene una postura muy proactiva hacia las negociaciones y para Corea es muy bienvenida esa postura. También entendemos que no será fácil igualarla dentro del bloque en cuanto al acuerdo Mercosur-Corea.

No obstante, creemos que un acuerdo traería muchos beneficios sustanciales y por ello esperamos que el Mercosur incremente sus esfuerzos para que se pueda concretar el pacto comercial próximamente”, concluyen de la embajada.

El regreso de la Cámara
La Cámara de Comercio Uruguay – Corea está en pleno proceso de transformación y reactivación. Recientemente asumieron nuevas autoridades, se estableció en una nueva ubicación física y lanzará su página web antes de fin de año.

Según su presidente, Carlos Lazzarino, el objetivo es posicionar a la Cámara como “un instrumento dentro del contexto uruguayo para las empresas que ya están trabajando, —ya sea en exportación o importación— y para aquellas que busquen la posibilidad de acercarse con productos para aprovechar el intercambio del TLC”.

El contexto de pandemia postergó sus planes de generar instancias de reunión y acuerdos con las empresas interesadas, pero les sirvió para focalizarse en el vínculo con la embajada de Corea del Sur en Uruguay. Como Cámara, pretenden facilitar los procesos de papeleo y de acceso al conocimiento de aquellas empresas interesadas en concretar intercambios con Corea, de cara a la concreción del futuro TLC. “Cuando surge un TLC, además de la importancia por lo impositivo, hay una bajada de línea sobre las diferentes exigencias que se pide a las empresas y, si bien no cambian, se hace más ágil y dinámico llegar a conocerlas”, explica Lazzarino.

Según Lazzarino, actualmente las empresas del Cono Sur que quieren interactuar comercialmente con Corea deben hacerlo a través de la Oficina Comercial de la Embajada de Corea (KOTRA), cuya sede está en Buenos Aires. “Nosotros como Cámara queremos tomar muchos de los puntos que maneja KOTRA y poder trasladarlos a Uruguay para viabilizar a las empresas uruguayas”.

Al estar en proceso de reinstalación, la Cámara de Comercio Uruguay-Corea no cuenta aún con empresas asociadas, pero está en sus planes hacer un llamado de interesados en 2021.

“Hasta ahora la Cámara había sido algo muy social, lo que queremos es hacer la transformación de social a activista, una Cámara que va a tratar de aprovechar el TLC para establecer procedimientos que hagan viable el intercambio. No es fácil reinstalar una Cámara de Comercio, hay que ir despacio, con tranquilidad”, dice el presidente de la organización.

Fuente: El Observador