Como exponentes de una tendencia nacida hace unos pocos años en nuestra capital, Montevideo Wine Experience, Barolo, Madirán, BocaNegra y Teluria son lugares donde se puede encontrar una copa de excelente vino pero también aprender sobre él, descubrir sus aromas y sabores, y pasar gratos momentos junto a amigos.

Ir por una copa de buen vino, pasar un rato entre amigos, buscar asesoramiento profesional o degustar etiquetas seleccionadas, son algunas de las muchas razones por las que visitar alguno (o todos) de los cinco wine bars que existen hoy en Montevideo, ubicados en diferentes zonas de la ciudad, se puede transformar en una experiencia atractiva y diferente.

Cada cual con su impronta, tienen en común su calidez y el objetivo de hacerle pasar al cliente un momento especial. Así lo expresan las reseñas que tanto turistas como público local difunden a través de las redes sociales, ubicándolos por encima de las cuatro estrellas en Facebook, Google y TripAdvisor, tres de los sitios más consultados hoy en Uruguay y el mundo.

Montevideo Wine Experience– Rambla 25 de Agosto de 1825 244, Mercado del Puerto, Montevideo
Es el más “viejo” de los wine bars montevideanos y puede considerarse el precursor de esta nueva tendencia. Se instaló en 2015 en uno de los principales puntos turísticos de la capital: el Mercado del Puerto. Nicolás Cappellini, su propietario, y Liber Pisciottano, su sommelier, reciben al público local y extranjero con la mayor dedicación y gran pasión por el vino nacional. Es un bar íntimo, con una gran barra frente a un pizarrón escrito a mano en la que se destacan la palabra “Tannat” y la frase “In wine we trust”. Nuestra cepa insignia y la filosofía de este cálido rincón de Ciudad Vieja.

Ofrece aproximadamente 50 etiquetas minuciosamente seleccionadas de vino nacional que pueden adquirirse por copa o por botella. “Todo lo que está acá es porque nos gusta y creemos que tienen buena relación calidad precio”, afirma Cappellini.

También se puede optar por alguna de las siete degustaciones disponibles, las cuales van rotando sus etiquetas periódicamente. Cinco de ellas de tres copas y otras dos de cinco, se diferencian entre sí según los rangos Reserva, Premium y el tipo de vino entre blancos, rosados y tintos.

La oferta también incluye coctelería -mayormente con base de vino y, en menor medida, con algún destilado que apunta a la calidad y exclusividad-, tragos sin alcohol y puntuales cervezas artesanales que, a modo de servicio, pretenden “no dejar a nadie afuera del grupo”.
La clientela ha evolucionado desde aquellos que iban al Mercado del Puerto o pasaban casualmente por allí; hasta hoy, en que la mayor parte de quienes los visitan son personas que van exclusivamente al wine bar independientemente de los horarios del Mercado.

En palabras de Nicolás: “Nos funcionó muchísimo el boca a boca, nosotros tratamos de que todos los clientes se sientan a gusto y que sea una buena experiencia para ellos. Eso genera que la gente que pasó bien nos recomiende con cariño, y quien viene recomendado sabe que va a pasar bien”. Así es como fidelizan a los clientes, tanto los locales que regresan semanalmente, como los turistas que repiten su visita dentro de una misma estadía.

En cuanto a preferencias, en general la mayor parte de la gente pide sugerencias. Así los especialistas tratan de conocer sus gustos y de recomendar lo que se adapte a ellos. “Por suerte los clientes confían mucho en nosotros”, destacan.

Respecto a las degustaciones nos comentan: “Cuando alguien se interesa por un vino, tratamos de contarle sus características y nuestra sensación con él. Conocemos los productos que trabajamos desde adentro. Hablamos mucho con los productores, lo que nos permite contar la parte del vino que no se ve”.
Montevideo Wine Experience planea una mudanza que se concretará, seguramente, antes del 1 de julio. El lugar elegido -Piedras esquina Colón- se encuentra muy cerca de su actual ubicación y les permitirá ampliar su capacidad, oferta y horario, siempre manteniendo su identidad.
Actualmente se encuentra abierto de martes a domingo de 12 a 21, en el nuevo local calculan mantener abierto, como mínimo, hasta las 23.

BocaNegra Vinos y Tapas – José Ellauri & F. García Cortinas, Montevideo
Es un wine bar descontracturado, con dinámica autoservice, que se encuentra ubicado en uno de los circuitos hoteleros más importantes de la capital. Con excelente ambientación, ofrece más de 310 etiquetas de las cuales un 60% son nacionales, 30% de la región y el resto de otras partes del mundo.

Llegaron a Uruguay a romper varios esquemas en junio de 2016. Con sus innovadoras enomatics, máquinas dispensadoras de vino que preservan el producto en excelentes condiciones, generaron la posibilidad de que los consumidores elijan -con tarjetas magnéticas prepagas- entre 24 diferentes etiquetas, la medida exacta que deseaban consumir. Estas pueden ser: degustación, media copa o copa entera. En cada caso el dispensador exhibe el precio de cada opción.

Esas 24 opciones rotan periódicamente sus etiquetas que se dividen entre vinos blancos y rosados (en general compuesto por cuatro nacionales y cuatro importadas), vinos tintos de gama media (cinco y tres) y vinos tintos de gama alta (compuestos casi siempre por seis opciones locales y dos importadas).

Este sistema de autoservice se aplica también en su oferta gastronómica, la cual –según nos aclara Patricio Mateos, uno de sus dueños- no es prioritaria para ellos. Se compone esencialmente de tapas y picadas que cada cliente elige y retira de la barra siendo marcada en una tarjeta impresa, para luego pasar por caja y pagar por el total de lo consumido.

Esta dinámica fue pensada con absoluta conciencia: «Me gusta mucho que la gente esté dando vueltas», nos cuenta Mateos, quien busca con estas decisiones descontracturar al vino. «Me interesa llevar al vino a un lugar dentro del mundo de las bebidas como algo social y sacarle solemnidad. Que el consumo de vino no sea sólo para un segmento».

Más allá de esto, muchas bodegas utilizan el local para realizar presentaciones de sus vinos y también se dictan cursos de cata dictados por su sommelier Guzmán Sosa, quien también se encuentra disponible a diario para asesorar al público.

El 75% de las personas que pasan por BocaNegra son turistas que buscan vino uruguayo y se animan más a consumir alta gama que el público local. «Siempre quisimos llegar a un público extranjero, más abierto y dispuesto a probar y llevarse botellas. Me pone contento porque difundimos los vinos uruguayos para todos lados», asegura satisfecho Mateos.

En su extenso horario, de lunes a viernes de 12 a 24 horas, se ven distintos tipos de comportamiento. Los turistas no discriminan horario, al contrario que la mayor parte de los clientes locales que van entre las 20 y las 24. Para sorpresa de Mateos, el concepto de after office, muy común en distintas partes del mundo, cuesta imponerlo en Uruguay.

En lo que refiere a comentarios en redes, BocaNegra es el wine bar con mayor cantidad de reseñas digitales y una puntuación de 4,5 tanto en Facebook como en TripAdvisor.

Barolo Wine Bar– Av Alfredo Arocena 2098, Montevideo
Hace casi un año, con la inauguración de Barolo, se instalaba una opción gastronómica de excelencia dentro de un wine bar. El motivo es que su dueño, Daniel Castiglioni, es junto a su familia, el propietario del restaurante Fellini y el bar OHM, los cuales integran un complejo gastronómico con Barolo y comparten con él la cocina y la carta.

Pero si bien lo gastronómico es uno de los grandes respaldos de Barolo, no se encuentra ni cerca de ser el único. La magia de este rústico pero elegante rincón de Carrasco, radica en la amplia selección de vinos y la excelente atención de su sommelier Walter Fernández y, hasta ahora, la sommelier Ana Suárez, que acaba de confirmar su partida para una oportunidad laboral en Europa, y será reemplazada por la sommelier Nathalie González. Ellos comparten su profesión con gran dedicación entre turistas y vecinos de Carrasco.

Dentro de la oferta, se encuentran 150 etiquetas de las cuales el 50% son de elaboración nacional y el otro 50% está asociado a la firma importadora Grand Cru. La selección local, sumamente cuidada, apunta a la calidad y exclusividad. En palabras de Castiglioni: «Nos gustan las bodegas chicas, que elaboran algunos vinos raros, o las grandes, con productos que no se encuentran en grandes superficies».

Con una capacidad promedio para 20 personas, es muy difícil no sentirse cómodo entre la cálida y cuidadamente «rústica» ambientación del local. Ana lo define como «un espacio en el que se puede aprender, preguntar e informarse de lo que se toma», y reconoce una evolución en el público que se encuentra cada vez más abierto a probar cosas diferentes,»a lo que vos le podés recomendar.»

Walter Fernández, responsable de la selección de las etiquetas junto a Castiglioni, destaca lo importante que es «promover charlar de los vinos» y el hecho de abrir todas las semanas entre cuatro y cinco vinos distintos, que se venden por copa y generan mucho interés. El foco se concentra en los vinos nacionales, en dar a conocer sus historias y en fomentar el enoturismo.

Los clientes son entre semana un 80% uruguayos, principalmente de la zona, y los fines de semana con un perfil más variado. Entre los extranjeros destacan los direccionados por hoteles de la zona y algunos itinerantes, que viven entre Uruguay y algún otro país, o viajeros frecuentes que visitan periódicamente el wine bar.

Entre las novedades, este año comenzaron un ciclo de tres a cuatro cenas maridadas por mes, basadas en alguna cepa, país o bodega. Éstas se dan los jueves e intentan tener siempre «algún mimo diferente» para esas aproximadamente 15 personas que disfrutan un menú de cuatro pasos y una amena e íntima charla, muchas veces junto a los protagonistas de los vinos.

Respecto al proyecto, Daniel nos confiesa que tiene mucho que ver con él y con su historia. Aparte de los 40 años de experiencia en restaurantes Castiglioni se crió en una bodega. «Siempre estuve vinculado al vino. Mi padre, enólogo, estuvo muy involucrado en la reconversión vitivinícola y yo estuve hasta los 20 años en la bodega con él. Siempre hice cosas con el vino y especialmente el nacional, surge de mi pasado en bodega y de las ganas de hacer un lugar donde a mi me gustaría estar». Pero independiente a esto, nos confiesa: «No estuve convencido de hacerlo hasta que apareció Walter. Nos conocimos, hubo química y dije: éste es el camino.»

A un año de su inauguración, el trío entrevistado se mostró muy entusiasmado por la relación que vienen generando con sus clientes y la buena repercusión del «boca a boca» que también se ve reflejado en las redes donde tienen 5.0 puntos en Facebook y 4.5 en TripAdvisor.

Madirán Almacén de Vinos– Chaná 2120, Montevideo
Dentro del circuito gastronómico del Mercado Ferrando, se encuentra Madirán, un pequeño espacio tapizado de botellas de vino nacional, una agradable barra y una muy simpática pizarra que ofrece las copas del día.

Tras la barra Lucas Pérez Varsi, uno de sus fundadores, espera compartir su pasión con muchos jóvenes que se animan a romper el clásico plan y acompañar sus comidas con un vino uruguayo.

Madirán llegó a Montevideo junto con el Mercado Ferrando, en noviembre de 2017. El proyecto de este espacio especial que funciona como vinoteca y como wine bar surgió entre compañeros que cursaban la carrera de sommelier en Fundaquim, entre los que se encontraba Lucas.

Hoy en día, Pérez Varsi junto al economista Diego Reino son los responsables del wine bar. Lucas de cara al público y Diego en la parte administrativa.

Además cuentan con el apoyo de Camila Serena, bartender, que se encuentra tras la barra en la mañana e inicio de la tarde, donde el local funciona mayormente como vinoteca.

Madirán ofrece 70 etiquetas nacionales de 19 diferentes bodegas distintas, las cuales se pueden consumir allí o comprar por botella para llevar. La oferta de vino por copa incluye siete etiquetas que van rotando periódicamente y que actualmente está compuesta por tres vinos blancos, tres tintos jóvenes y un rosado. La idea de vender vino por copa es poder maridarlo con alguna de las muchas opciones gastronómicas del Mercado.

El consumo por copa es el producto estrella en las noches y los fines de semana cuando el Mercado recibe mayor cantidad de personas y en especial jóvenes, el principal objetivo de Madirán. Según Lucas: «La idea es educar el paladar del público joven para que se anime a probar cosas nuevas», y si bien la bebida masiva dentro del mercado es la cerveza artesanal, poco a poco más jóvenes se animan, se acercan, consultan, aprenden y prueban nuevos vinos.

«Pasa muchísimo que no conocen ni de casualidad los vinos que tenemos. Cepas que no sabían ni que existían ni que se producen en Uruguay. Se sorprenden con Albariño, Gewürztraminer, Marselan y Cabernet Franc», nos confía Pérez Varsi.

Más allá de este gran desafío, Madirán tiene un público fiel, que se ha ido afianzando en los últimos meses, los cuales van frecuentemente y ya son «amigos del lugar», muchos de ellos vecinos del barrio y otros tantos que disfrutan de esa «burbuja sonora» que contrasta con el murmullo del resto del circuito gastronómico.

Las reseñas de este wine bar se encuentran por el momento únicamente en Facebook donde tiene un puntaje de 5.0 estrellas.

Teluria Vinoteca – Av. 18 de Julio 1199 esquina Cuareim, Montevideo
En un inmenso e imponente sótano reciclado bajo la librería Puro Verso de 18 de Julio y Cuareim se encuentra Teluria, un flamante proyecto de vinoteca con wine bar que incluye una extensión de la librería, donde además se encuentra gran variedad de títulos de gastronomía, turismo y vinos.

Entre altas paredes de piedra y muchos metros cuadrados, Teluria tiene un estilo rústico que distingue zonas. En la entrada, una gran barra y toda su oferta de botellas. Mirando tras ella, un espacio destinado a mesas, y pasando esta distribución se encuentra un cómodo living, lugar que parece ideal para compartir una copa de manera distendida y disfrutando la excelente selección musical que invade el ambiente.

La sommelier y escribana Adriana Criado, en asociación con Puro Verso, es quien lleva adelante este ambicioso proyecto el cual insumió casi un año completo de remodelaciones.

La selección de etiquetas correspondió a Criado y está compuesta por un 85% de vinos de origen nacional, 10% de la región y un 5% del resto del mundo.

Teluria ofrece la posibilidad de consumir alguna de esas botellas allí mismo o de beber vinos por copa de etiquetas que rotan semanalmente.

Están ya previstas degustaciones con bodegas y distintas actividades, entre ellas presentaciones de libros y eventos que conjuguen música con vino.

Por el momento, la oferta es de vinos y cafés, pero está previsto ofrecer tablas de quesos, fiambres y empanadas como acompañamiento.

Según nos confió Adriana, este proyecto surgió de su inquietud por salir de la rutina del notariado y que al presentarse la oportunidad, la aprovechó para poder desarrollar su pasión por el vino. «Siempre tuve ganas de hacer otra cosa, la oportunidad se presentó sola y cuando me lo propusieron, la tomé. Tenés que estar en el momento y en el lugar correcto».

El más joven de los wine bars montevideanos pretende ser un espacio de distensión y aprendizaje para locales y turistas, quienes de lunes a viernes de 10 a 20 horas y los sábados de 10 a 14, pueden conocer un poco más de nuestros vinos en pleno centro de la capital.

Fuente: bodegasdeluruguay.com.uy